20/5/09

UN AROMA ESPECIAL


Me juntaba con un amigo en la entrada a cancha. Lo había llamado previamente para localizarlo entre la multitud para así poder entrar al concierto. Entre la gente nos fuimos acomodando hasta encontrar un buen lugar. El ambiente era diverso y había de todo tipo de personas.
Las luces se apagaron. Encendí un cigarrillo emocionado y acabé rápidamente parte de la cerveza que llevaba escondida en mi pantalón y que evadió fácilmente los controles de seguridad.
Una mujer de unos 56 años con una mini falda sugerente, salía al escenario entre los gritos de los asistentes. Rubia, interesante y con su mirada oculta por el cabello, parecía una quinceañera. Fabricaba y tejía un sonido similar al los efectos de la mejor de las droga.
Sin darme cuenta dos chicas adolescentes se pusieron delante de mí y mi acompañante. Su energía y movimientos me dejaban boquiabierto. Por unos instantes me dedique a observarlas. Eran risueñas y simpáticas, se movían naturalmente y de vez en cuando nos golpeaban con sus bailes.
Sus cabellos se agitaban sobre sus pechos y a contra luz se veía la humedad de sus hombros.
No sabía si mirar el show o mirarlas a ellas.
Una de ella al moverse hacia atrás con su baile me topó. De inmediato se dio vuelta con una sonrisa para disculparse. Su cara llena de risa y coquetería me dejaban nulo. El aroma de su pelo se amplificaba por mil entrando a mi nariz de manera suave y exquisita.
Entrada la noche permanecían en el mismo lugar. Entre saltos nuestros cuerpos se pegaban, unos a otros por breves instantes debido al sudor y roce de las pieles. Para no ser evidente continué en mi posición, no era el lugar y el momento sin duda a metros míos estaba Kim Gordon y a centímetros ambas chicas, que dilema. Su coquetería se expandía por todo el lugar y me fue difícil concentrarme hacia el final del show.
Finalmente el espectáculo terminó y ellas también se marcharon, sin antes mirarnos de re ojo y dibujar nuevamente una sonrisa. Tras su salida dejaron clavados en mi olfato, aromas de rebeldía y sensualidad que aún conservo al escribir este nuevo cuento.

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