20/5/09

EL ABUELO


El anciano había llegado al parque temprano. Solía pasar mañanas enteras alimentando palomas, viendo jugar a los niños y a una que otra pareja de enamorados acariciándose.
Miró a su alrededor y cerró los ojos. Un suave aroma entro por su nariz. Despertó y a su lado se encontró con una hermosa mujer. El anciano le sonrió amable, pero la mujer se levantó. Retirándose incomoda.
Por breves instantes. El abuelo recordó a su compañera de toda la vida pero por desgracia ya no le acompañaba.
Volvió a cerrar sus ojos. Rato después despertó con las risas de unos niños que jugaban a sus pies. Se incorporo sonriente para saludarlos. Los chicos se asustaron y también huyeron.
Por un momento deseó estar junto a sus hijos. Pero recordó que habían crecido y hecho sus vidas.
Finalmente volvió a dormirse…
Durmió…
Durmió…
Durmió…
Al rato escuchó que alguien lo llamó por su nombre. Reconoció la voz y también el olor. Abrió sus ojos y vio a una mujer amable y sonriente. No era más que su compañera que venia a buscarlo.

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