El pichón miró desde el nido cuando los pichones aprendiendo a volar acariciaban las nubes engalanando el cielo y pronto se aprendían a alimentar. El pichón miraba ajeno, protegido por mamá y papá que le procuraban como sustento unos cuantos gusanos que engrosaban su estomago El cielo es peligroso; allá, donde se pierden la vista, habita un gran monstruo llamado muerte Decían sus padres mientras lo alimentaban quizás intentando retrasar el día en que por fin el pichón emprendiera el vuelo. El pichón obediente crecía mientras morían los días en su lecho de paja observando a los otros pichones pensó en sus alas ya que no podía volar, las usó para escribir poesía. Miraba las nubes y las estrellas inventando diálogos secretos en los que preguntaba por lo que habita al final de las miradas y comprendió que los gusanos no eran suficiente alimento y deseo conocer aquel lugar ¿Dónde habita la muerte? ¿Cómo es ese lugar? Preguntaba el pichón y sus padres evadían las preguntas inventando cada vez más excusas para evitar que el pichón deje el nido deformando sus cuidados convirtiéndolos más bien en encierro. Un buen día llego el momento en que los pichones abandonen sus nidos y vuelen a perderse en el horizonte y el pichón quiso seguirlos pero sus alas eran débiles y su cuerpo voluminoso, no podía levantar el vuelo. El pichón sobrealimentado crecía y crecía y el nido no aguantó su peso y el árbol no aguantó su peso y el suelo no aguantó su peso y el mundo no aguantó su peso y el pichón abrazó la muerte qué conocía por sus poemas y con sus alas poetasen el centro del mundo no murió de pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario