12/6/09

RABIA






Me robaron mirándome fijo,
con ojos sangrientos,
ojos podridos.

Palabras sin sentido
después de un litro,
manoseándome la espalda,
la cara y los oídos.

Se fueron con sus lenguas.
Ojalá se les enciendan,
y que nunca más saquen
la cabeza de entre las piernas.

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